Recuperando el sentido cultural en la moda

Recuperando el sentido cultural en la moda

La pasarela ya se había armado, las sillas se estaban llenando, las luces se estaban probando y la música ya estaba sonando, pero detrás de las paredes que cubren la pasarela, están los trajes, la angustia y la adrenalina que rodea a todo el equipo de sexto ciclo de Diseño Textil y Moda de la Universidad del Azuay.

En el backstage el silencio está ausente, los flashes, las conversaciones, las pisadas, las brochas, los alfileres, todos los sonidos se mezclan. Y sientes “adrenalina, apuro y coordinación” como dice Paola Gordillo, estudiante de la UDA; ella y varios compañeros estaban encargados en el backstage, en donde todo es cuestión de sinergia, pues algunos miran los detalles de cada prenda y otros guían a las modelos, todo debe salir perfecto.

En una esquina se ven fotos pegadas en la pared, todas son de los diseños que saldrán a la pasarela. Luego sales de las fotos y ves frente a tus ojos el resultado, del paso de una idea al papel, del papel a la máquina y de la máquina a la realidad.

Los diseños deambulan por el salón, todas las piezas llevan telas autóctonas y denim. El maquillaje mezcla tonos café y líneas sobre el rostro de las jóvenes modelos, que corretean por el salón, algunas están nerviosas, otras sonríen, pero todas practican su caminar.

Volvamos a la pasarela, ya está completa, los asistentes ya la han colmado y los flashes se alistan para disparar, se ha dado la bienvenida, los aplausos han recorrido y falta poco, tan poco para salir. De vuelta en el backstage, mientras el tiempo fluye y cada minuto se agota, me acerco a Claudia Polo, profesora de Diseño Textil y Moda, y conversamos sobre el proceso de cada pieza.

Claudia, emocionada por ver materializada cada pieza de sus estudiantes, comenta que “cada diseño se basa desde un punto de vista etno-urbano, en donde cada estudiante trabajó con denim reciclado y telas tradicionales para poder crear nuevas propuestas de diseño”.

Pero las piezas finales no se formaron de la nada, todo nació de una investigación cultural. En cuanto a las telas tradicionales, éstas se basaron en ocho culturas ecuatorianas, como la otavaleña, cañari, chimbo de Guaranda, saraguros, entre otras.

Los diseños van en contra del fast fashion o moda rápida, en donde la fugacidad de la durabilidad de cada prenda, lleva a que la moda actual se convierta en desechable. Con la utilización de jeans y su transformación en otros tipos de prendas, por ejemplo, varias chaquetas nacen de pantalones denim, llevan a que se piense a la moda desde otro punto de vista, pues crear conciencia con creatividad es el objetivo que se han propuesto los estudiantes, además de ofertar moda sostenible, que no sólo dure una temporada y que rescate textiles tradicionales.

Pero la moda va más allá del tergiversado término en el que se encuentra, para Claudia, la moda tiene la responsabilidad de romper los paradigmas de la belleza, pues mayoritariamente se la asocia con lo esbelto, así que la moda inclusiva para tallas plus también es uno de sus proyectos.

Pero también hay más, más espacios que la moda debe traspasar y construir, otro proyecto es trabajar con adultos mayores, creando prendas que incluyan weareables, es decir aparatos tecnológicos que puedan medir latidos del corazón y ajustarse a sus necesidades.

Por último hablamos sobre la educación, de ir más allá de la teoría y de realmente hacer de la educación algo vivencial. Con esto en mente pretenden en un futuro llevar a cabo “La ruta de los textiles”, que se trata de viajes a Perú, Guatemala, Colombia y varios países Latinoamericanos, para que los estudiantes conozcan y aprendan, qué se está haciendo sobre moda en estos países.

Claudia se despide, y ya en la pasarela los flashes capturan cada pieza de otros diseñadores invitados.

Ya llega el tiempo, todas se alistan, y ya se escucha ¡Pasarela número 4! Universidad del Azuay, ¡es hora de salir!