Presentación del libro de Juan Morales
El 20 de junio se llevó a cabo en la Sala de Uso Múltiple la presentación del libro “Opiniones y conceptos” del autor Juan Morales, editado por Abya-Yala, editorial de la Universidad Politécnica Salesiana.
El libro es una selección y recopilación de columnas de opinión del autor, escritas en el período comprendido entre 2009 y 2016. Los temas que abordan los artículos son diversos y han sido agrupados en la obra en capítulos como: sociedad, educación, política y derecho.
Son 179 los artículos que conforman la obra de Morales. Cada artículo presenta el criterio particular del autor, que, en ejercicio de la libertad de expresión, emite opiniones, valores y análisis sobre diversidad de temas de su circunstancia.
“Muchas universidades cayeron en el error de dejar el libro al lado, para dedicarse los famosos artículos indexados, la Universidad del Azuay nunca ha caído en ello”, comentó Francisco Salgado, Rector de la Universidad del Azuay, al dar la bienvenida al evento.
“Juan reafirma su pertenencia a la morlaquía ecuatoriana, de la que rescata su cultura, sus constructos de pensamientos, su forma de ser. Las inferencias argumentales mantienen un orden de racionalidad fundamental universal, así Juan Morales afirma su fase académica” comentó, a través de un video, Víctor Manuel Pacheco, médico por la Universidad Central y endocrinólogo por la Universidad Autónoma de Madrid.
El autor del libro cuenta con un postgrado en Administración Cultural con la UNESCO y una maestría en Teoría del Derecho en la Universidad de Ginebra en Suiza. Además, se ha desempeñado como profesor desde el año 1982 a la fecha. También ha dictado conferencias sobre derecho, ética y sociedad en Ecuador, Europa y América Latina. Fue editorialista de diario El Tiempo por más de 10 años y ha publicado 3 libros como autor. Actualmente es profesor de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad del Azuay.
En su discurso, Morales se refirió en su alocución al efecto “Pigmalión”: “Ovidio, poeta romano, cuenta la historia de Pigmalión, un escultor que talló una estatua femenina con tal perfección que quedó profundamente enamorada de ella y que la fuerza del amor por su obra propició que la escultura se convirtiera en un ser vivo”.
“Al igual que Pigmalión con su estatua, los cuencanos apreciamos nuestras creaciones, las consideramos valiosas y bellas y así desde la fuerza internas contribuimos poderosamente a que las expectativas positivas sobre nosotros mismos se concreten y sean una realidad”, concluyó Morales.
