Pacto social por el cambio climático

Pacto social por el cambio climático

El 27 de mayo se llevó a cabo un evento sobre la relación entre la ética y el cambio climático organizado por el Proyecto de Maestría en Cambio Climático, Agricultura y Desarrollo Rural Sostenible; el Programa de Ética, y la Escuela de Ingeniería Ambiental de la Universidad del Azuay.

El conversatorio fue moderado por Johanna Ochoa, Coordinadora de la Escuela de Ingeniería Ambiental, y participaron Ana María Bustos, Coordinadora de la Escuela de Derecho de la UDA con un master en Medio Ambiente, y Pablo Guzmán, ingeniero civil, PhD en Biociencias e Ingeniera por la Universidad libre de Bruselas en Bélgica y es docente investigador en la UDA.

El objetivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático propone lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida inferencias antropogénicas peligrosas en el sistema climático, es decir, que el impacto humano sobre el medio ambiente no resulte en consecuencias peligrosas.

Este objetivo debe cumplirse en un plazo suficiente que permita la adaptación natural de los ecosistemas y del hombre para asegurar la producción alimentaria y el desarrollo económico sostenible.

El cambio climático es un asunto ético, pues la cascada de impactos inicia con una interferencia antropogénica de emisión de gases de efecto invernadero que causa alteraciones en el clima (como por ejemplo el incremento de temperatura y cambios en la magnitud y distribución de las precipitaciones).

Después causa impactos en sistemas físicos (como los glaciares y otros cuerpos de agua), en sistemas biológicos (es decir, los ecosistemas terrestres, acuáticos y en la agricultura).

Finalmente, causa daños en los sistemas humanos (pérdida de servicios ecosistémicos, incremento en la exposición a amenazas, etc.), generando vulnerabilidad y una mayor probabilidad de la materialización de riesgos.

Bustos mencionó el “Pacto social por el cambio climático” como un acuerdo de voluntad que inicia desde el reconocimiento que para atender la problemática que deriva del cambio climático se debe reconocer primeramente que es un problema social.

“No nace como un problema ambiental, tiene consecuencias ambientales, pero parte como un problema social, por lo que debe ser atendido y resuelto desde la sociedad”, declaró Bustos.

Mientras tanto, Guzmán destacó que a través del monitoreo los humanos podemos saber lo que siente nuestro ecosistema.

A través de este monitoreo, los científicos se están dando cuenta que el cambio climático no solo es cambiar el patrón de clima, sino que le está haciendo saber al mundo que la tierra necesita respirar.

“La ética está estrechamente relacionada con el comportamiento humano y, por lo tanto, está inmersa en todas las acciones que desarrollan”, concluyó Guzmán.

 

Corresponsales UDA