En primera persona: Por una UDA sin acoso

En primera persona: Por una UDA sin acoso

La Universidad del Azuay es un espacio de lucha y reivindicación femenina. Con un cuerpo estudiantil formado en gran parte por mujeres, y con profesoras valiosas en las distintas facultades, la UDA está a la vanguardia de la inclusión femenina en sus campus.

Nadie podría hablar de una universidad machista, retrógrada o anacrónica en cuanto a género se refiere. Basta con caminar por el patio de diseño o ingresar a cualquier aula de clase para ver que el campus está poblado de mujeres capaces, inteligentes y dedicadas. Esta es la realidad de una universidad progresista, moderna, equitativa.

Sin embargo, no todo es color de rosa. Aún quedan muchas cosas por hacer para alcanzar la verdadera equidad de género; y, sobre todo, para eliminar la violencia contra la mujer en los campus de la universidad. Si bien no se habla de violencia física, existen otras formas de violencia que se perciben en los distintos ambientes de la universidad. Existe, sobre todo, acoso, y este es el problema a tratarse a continuación.

Parte de la idiosincrasia conservadora y antigua de Cuenca persiste latente en los jóvenes de la UDA. No es extraño oír el piropo inapropiado de mal gusto cuando pasa alguna mujer, o que entre amigos se dediquen a calificar a estudiantes por el físico. Esas situaciones, tan comunes en el día a día, son parte del mal que todavía debe extirparse del ambiente universitario.

La UDA busca y debe convertirse un espacio donde todos podamos caminar libremente, sin miedo al escrutinio crítico del alumnado. La UDA debe todavía trabajar, mediante la concientización, en el mal que provoca el acoso dentro de las aulas, o en el patio, para el bienestar estudiantil.

No será trabajo fácil. Hay que considerar que las costumbres enraizadas en la cotidianeidad son difíciles de cambiar o eliminar. Sin embargo, es un trabajo que debe hacerse; y el problema debe atacarse lo más pronto posible. Paso a paso, por más pequeño que sea, se logrará la eliminación del acoso dentro de la UDA.

Se puede empezar simplemente leyendo estas pocas líneas y reteniéndolas en la memoria. Se puede también frenar el acoso la próxima vez que uno lo evidencie. Y, ¿por qué no? uno también se puede vestir de naranja en estos próximos días, como símbolo de apoyo al día de eliminación de la violencia contra la mujer el próximo 25 de noviembre.

Seamos todos una gran masa naranja que luche por el cambio. Seamos esa masa naranja que cambie ciertos defectos de la universidad. La lucha está instaurada. Desde las aulas y desde la docencia, las mujeres han sentado las bases para hacer una universidad justa. Faltan ciertos detalles, en los cuales todos podemos colaborar, para alcanzar esos ideales que grandes mujeres que han estado presentes en las aulas de la UDA, se puedan alcanzar.

Seamos una masa naranja, seamos una UDA sin acoso.