Emilia Carrasco y Karla Ordóñez, ganadoras del concurso Ecuatextil 2019

Emilia Carrasco y Karla Ordóñez, ganadoras del concurso Ecuatextil 2019

Emilia Carrasco y Karla Ordóñez son estudiantes de Diseño Textil en la Universidad del Azuay, quienes hace unos días se convirtieron en las ganadoras del primer lugar en la categoría deportiva en el concurso de la Feria Ecuatextil 2019.

Este importante evento se llevó a cabo los días 3, 4, y 5 de abril en la ciudad de Guayaquil. Asistieron alumnos y docentes de la carrera de Diseño Textil e Indumentaria, además del personal del Texlab. En la feria, se expusieron diferentes maquinarias de bordado, sublimación, serigrafía, tejido, confección, etiquetado, entre otras tecnologías textiles. También se contó con la participación de proveedores nacionales e internacionales quienes brindaron conferencias. De manera paralela a la feria se realizaron concursos académicos y  una serie de pasarelas con diseñadores como Milú Espinoza, Lia Padilla, Miguel Moyano, entre otros.

La preparación comenzó en noviembre del 2018, luego de que Karla llamara a Emilia para proponerle formar un equipo y participar en el concurso académico del Ecuatextil, en la categoría de ropa deportiva. Emilia aceptó y en seguida empezaron a pensar en ideas para la propuesta que iban a presentar en el concurso, llegando al acuerdo de realizar una línea 100% comercial para gimnasio.

Para esto, diseñaron una licra, un top deportivo normal y, para complementar el atuendo, una casaca impermeable. Las reglas del concurso señalaban que los diseños debían estar inspirados en el folklore ecuatoriano. Sin embargo, Emilia y Karla no querían incorporar colores tan llamativos en su diseño, así que decidieron vincular su propuesta a los nevados del Ecuador y utilizar toda la gama de colores fríos. Pero, no descuidaron lo tradicional y patrimonial, por lo cual, utilizaron una técnica conocida como ikat que es propia de la provincia del Azuay, la cual es utilizada normalmente en la confección de los chales de las Cholas Cuencanas.

Lo que las motivó a participar, menciona Emilia, es que cuando asistieron al primer concurso de vinculación se dieron cuenta de que sí estaban en el nivel adecuado para concursar en el Ecuatextil. Sin embargo, entre risas, Emilia recuerda que en el primer concurso solamente habían participado 6 equipos, entonces cuando Karla le propuso participar ella tenía en mente que no iban a tener tanta competencia, hasta que, al llegar al evento, se enteraron que iban a concursar 28 equipos en la misma categoría. “En el concurso mencionaron que habían enviado 64 portafolios y de esos solo 28 habían clasificado”, señala Karla.

Durante todo el proceso de preparación, a Karla y Emilia se les presentaron una serie de inconvenientes tanto de diseño, como de logística. Emilia recuerda que cuando por fin habían conseguido del diseño que esperaban, tuvieron que empezar nuevamente con la confección del mismo, puesto que a las modelos que les dio la organización no les quedó bien el atuendo.

El concurso estaba compuesto por distintas fases que se debían ir superando para llegar a la presentación final de su propuesta en el evento. Karla menciona que ella y Emilia, una vez que fueron aceptadas en el concurso, decidieron crear una marca y una imagen para la misma. Ya que la colección se inspiraba en los nevados del Ecuador, denominaron a la marca “Niveo” un sinónimo de nevoso. Se apoyaron en otros estudiantes para diseñar las etiquetas con la información sobre el cuidado de las prendas, el empaque y todas las piezas relacionadas a la indumentaria que se presentó al final.

Karla reconoce que haber creado la marca y la imagen de la misma, manejando siempre el mismo concepto en todo lo diseñado, desde el atuendo hasta el empaque, fue lo que les dio el primer lugar en el concurso. “Al finalizar el concurso, se nos acercó una diseñadora del Ecuatextil y nos felicitó. Dijo que les encantaron todos esos detalles y ese plus que le dimos a nuestra propuesta”, menciona Karla.

Ingresar al concurso fue todo un proceso, según comentan Emilia y Karla. “Enviamos los portafolios en enero, literalmente el último día y de ahí pasamos súper nerviosas porque no nos llegaba el mail de confirmación en el que nos avisaban si habíamos clasificado o no”, recuerda Emilia. Para su suerte, el día que recibieron la noticia de que habían clasificado, ya tenían elaborada toda la propuesta, así que solo se dedicaron a darle los últimos detalles y dejar todo perfecto para el evento.

Ninguna de las dos se había dado cuenta de la magnitud del evento hasta el día que llegaron. Los organizadores del Ecuatextil no dejaron a los diseñadores entrar a los camerinos para preparar a las modelos. “Había un equipo de backstage completo preocupado por estilismo y fitting, pero como no le pudimos ver a nuestra modelo hasta que salió a la pasarela, nunca nos percatamos de que le habían puesto mal la ropa. Ahí fue cuando  dijimos “no hay oportunidad, nos fue pésimo””, recuerda Karla.

La felicidad no les alcanza en el cuerpo cuando, desde el escenario, nombraron a las ganadoras de la categoría y dijeron sus nombres. Emilia comenta que ella no recuerda todo lo que conversó durante esos 10 minutos de fama, puesto que estaba tan emocionada que todo parecía irreal. Karla por el contrario recuerda haber estado en el escenario saludando, mandando besos, con una sonrisa de oreja a oreja. “Nos dieron un cheque de un metro cincuenta por setenta centímetros. Me sentía ganadora del Miss Universo”, comenta Karla, entre risas.

El premio que recibieron fue un cheque de 1.000 doláres para viajar a Colombia y asistir al Colombia Moda, un evento con el mismo fin que el Ecuatextil, pero mucho más importante a nivel de Latinoamérica.

Luego del triunfo, Emilia y Karla siguen emocionadas y con ganas de lograr grandes cosas en el ámbito académico. Emilia, por su parte, dice tener ganas de “comerse el mundo”, por lo cual está aplicando a nuevos concursos, porque se dio cuenta de que puede lograr grandes cosas si se lo propone.

Por otro lado, Karla invita a las personas a no subestimarse nunca. “Si yo pudiera dar un mensaje para las personas, les diría que no se subestimen, a los profesores y a los alumnos. Uno de nuestros profesores  no podía creer que nosotras ganamos, nos preguntó: “¿en serio hicieron eso ustedes? Y bueno sí, nosotras lo hicimos”, señala Karla.