Dos eventos, una reflexión y una tarde de amigas, para conmemorar el Día Internacional de la Mujer

Dos eventos, una reflexión y una tarde de amigas, para conmemorar el Día Internacional de la Mujer

Este 8 de marzo de 2018 la Universidad del Azuay realizó dos eventos para conmemorar el Día Internacional de la Mujer: una reflexión sobre “los micromachismos en la sociedad” y un conversatorio sobre “el rol de la mujer en la Universidad”.

Por la mañana, en la Sala de Uso Múltiple, la Vicerrectora Académica Martha Cobos presentó la conferencia de María del Carmen Calderón sobre los micromachismos recordando que tanto el Día Internacional de la Mujer como el trabajo de género no están orientados solo a las mujeres.

“Es para que todos tengamos los mismos derechos, para que haya igualdad de oportunidades”, manifestó Cobos.

Luego, la conferencista hizo un breve repaso histórico de los avances alcanzados en la lucha contra la discriminación de las mujeres, seguido por un desglose de las estadísticas a nivel nacional que muestran que seis de cada 10 mujeres han sufrido violencia en el Ecuador, una de cada cuatro ha padecido violencia sexual y más de la mitad violencia psicológica.

En el Azuay, indicó Calderón, la violencia contra la mujer supera el 68%.

“Al proteger a las mujeres no solo ganan las mujeres, sino que gana la sociedad entera”, concluyó la conferencista.

Por la tarde, en la misma Sala de Uso Múltiple, hubo un conversatorio con mujeres administrativas de la UDA que fue definido como una “tarde de amigas”.

Allí, distintas trabajadoras de la Universidad reflexionaron sobre su trabajo y cómo este se conjuga con su condición de mujer.

Verónica Carvallo, Secretaria Abogada de la Facultad de Diseño, recordó por ejemplo cómo fue estudiar y luego trabajar en la UDA siendo una madre joven.

“Yo me casé y fui madre muy jovencita y hacer la carrera con hijos cambia la perspectiva de las cosas. Me acuerdo de cómo tuve que pedirle en una ocasión al doctor Claudio Malo llegar 20 minutos tarde a sus clases por cuidar a mi hijo y él lo entendió y me lo permitió”.

Para Carvallo trabajar en la UDA es una suerte porque sus hijos siente la Universidad como una segunda casa y la comunidad universitaria –en su opinión- comprende la situación de las mujeres.

Para ella todavía hay áreas en que se puede avanzar, como mejorar las jornadas de trabajo de las profesoras, y continuar preocupándose porque los hombres entiendan que la lógica de las mujeres, sus dinámicas y las situaciones que viven son distintas y merecen ser contempladas.