Día Mundial de la Salud Mental, una reflexión desde la psicología clínica

El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que busca generar mayor conciencia sobre la importancia del bienestar psicológico y visibilizar y los desafíos que enfrentan miles de personas alrededor del mundo.
En los últimos años, se ha puesto un enfoque particular en las nuevas generaciones, ya que los adolescentes y jóvenes adultos son un grupo vulnerable que enfrenta presiones cada vez mayores, muchas veces sin los recursos necesarios para gestionarlas adecuadamente.
El Día Mundial de la Salud Mental es una oportunidad para abrir conversaciones que rompan el estigma en torno a la misma, permitiendo que los jóvenes hablen de sus luchas sin miedo al juicio. Es un momento para conocer y comprender las dificultades particulares que afectan a esta generación, desde el estrés académico hasta el desempleo juvenil, pasando por la creciente influencia de las redes sociales.
Según Jefferson Elizalde, docente de la Facultad de Psicología, indica que todos los factores antes mencionados contribuyen a problemas de salud mental entre los jóvenes, quienes, frecuentemente no saben dónde acudir en busca de ayuda. Además, esta fecha motiva a gobiernos e instituciones a invertir en programas de apoyo, proporcionando servicios accesibles y adecuados que ofrezcan un respaldo real para quienes lo necesitan.
Uno de los grandes desafíos es que, en muchos casos, los problemas de salud mental pasan desapercibidos, señala Elizalde; los cambios de humor como la irritabilidad o la tristeza persistente, el aislamiento social, las alteraciones en el sueño y el apetito, o el bajo rendimiento académico, son señales comunes que pueden ser ignoradas o mal interpretadas. Es clave que padres, amigos y educadores aprendan a identificar estos síntomas para poder brindar apoyo.
Otro factor relevante es el impacto del entorno digital y las redes sociales en la salud mental juvenil. Aunque estas plataformas pueden ser herramientas poderosas para conectar con otros, compartir experiencias y acceder a información útil, también son fuente de problemas, señala Elizalde.
La constante comparación social con imágenes idealizadas de vidas "perfectas" puede afectar la autoestima, generando sentimientos de insuficiencia o frustración. Además, el ciberacoso y el uso excesivo de dispositivos digitales pueden llevar a problemas de ansiedad, depresión y aislamiento. El equilibrio entre la vida online y offline es fundamental para minimizar los efectos negativos de la era digital en los jóvenes.
Finalmente, es crucial que los jóvenes aprendan a ser más abiertos respecto a sus luchas; hablar de salud mental sigue siendo un desafío debido al estigma que la rodea, pero es fundamental que se inicien diálogos honestos con amigos y familiares. Participar en grupos de apoyo, expresarse a través del arte, la escritura o la música, y buscar ayuda profesional son formas valientes de enfrentar las dificultades.
Este día es una oportunidad para dar visibilidad a los problemas que afectan a los jóvenes, crear conciencia y actuar.