Cuarta edición del Taller Vertical

Cuarta edición del Taller Vertical

Entre las muchas definiciones sobre lo que es el espacio público, Jordi Borja (2012) nos da tal vez la más clara y precisa: “La ciudad es ante todo el espacio público, el espacio público es la ciudad” (p.1). Es en él donde no solamente se ejerce la ciudadanía, en sus derechos y obligaciones, o como dice Rodrigo Salcedo Hansen (2002) donde se da la resistencia social al poder; sino también donde se escenifica la sociedad misma, en todas sus facetas, pues además de ser el lugar de lo simbólico y de lo colectivo, es también el espacio de confrontación con fenómenos como la migración y su respectiva asimilación o rechazo.

Cabe mencionar que, si bien es cierto que en las últimas décadas la idea de espacio público se ha vuelto trending topic en los discursos sobre ciudad, no es menos cierto que existe una crisis creciente sobre la situación del espacio público, que se refleja en su degradación y abandono, al igual que en su sometimiento y servicio, entre otros, al vehículo privado y a la especulación inmobiliaria; lo que contribuye a su vez a su progresivo carácter excluyente.

Por otro lado, existe también una crisis del espacio público en la medida en que tanto arquitectos, como planificadores, funcionarios públicos e incluso parte de la sociedad, no reconoce o niega ciertos espacios y/o actividades como parte del espacio colectivo, lo que dificulta hilvanar un tejido urbano rico y articulador.

Sabemos ya que más de la mitad de la población mundial vive en las ciudades (64% en 2018 en Ecuador según el Banco Mundial), y sabemos que en este sentido las proyecciones son al alza (75% para el 2050 según la ONU).

Aunado a esto, la violenta revelación del Antropoceno como la era actual que expone la existencia comprometida del ser humano debido a su relación desbalanceada con el planeta, obliga a revisar el espacio público en busca de malas prácticas que deban ser corregidas.

Así como en busca también de oportunidades espaciales para rescatar, proteger y reforzar actividades colectivas; pero sobretodo, obliga a cuestionar el espacio público para repensarlo como escenario potencial de nuevas formas de relación y de apropiación, que correspondan a la actual problemática socio espacial de las ciudades sin negar su potencial contribución ecológica. 

Es importante no olvidar que la construcción de espacio público es un proceso, y está directamente relacionada con sus habitantes, al igual que con las actividades que se desarrollan en él y en sus alrededores. Es así que el resarcimiento físico del espacio colectivo debería acompañarse de políticas públicas que apoyen y fomenten la iniciativa ciudadana.

Asimismo, la historia nos ha mostrado que el espacio público es un gran laboratorio que permite experimentarnos como sociedad y su diseño no debería neutralizar o minimizar la diversidad y contradicciones que nos caracterizan. Al final, la calle es nuestra, la calle es luz, es color, es el bullicio y la soledad.

La calle huele, se siente, se toca. Sentimos la calle y nos empapamos de su individualidad, sus gentes, sus grandes edificios, sus suburbios, sus paredes húmedas, sus baldosas rugosas, y sus reflejos. Tomemos la calle. 

En esta cuarta edición del Taller Vertical, nuestros invitados de Colombia y España pudieron compartirnos sus perspectivas y experiencias sobre el tema del espacio público y, en conjunto con invitados nacionales y locales, desarrollaron estas reflexiones en los diferentes talleres con estudiantes de todo el país.

Los talleres se enfocaron en tres principales áreas de la ciudad, representativas de problemáticas actuales: el centro histórico, la ciudad consolidada y los barrios periféricos.

Tres preguntas surgieron:

- ¿Cómo se pueden generar espacios que exalten el patrimonio edificado y al mismo tiempo promuevan nuevas dinámicas sociales en sitios que ahora se encuentran desaprovechados?

- ¿Cómo se puede pensar el espacio público como una estrategia para la protección de zonas naturales y para la vinculación de la población desfavorecida a una ciudad más sostenible e inclusiva?

- ¿Cómo se puede aprovechar la presencia de los sistemas de transporte colectivo para usarlos como instrumento de dignificación y potenciación de espacios públicos, al tiempo que estos promueven la cohesión social y fortalecen una movilidad más sostenible?

Siendo conscientes que el espacio público es una construcción colectiva que va más allá del aspecto físico, el Taller Vertical IV plantea no obstante una reflexión necesaria y urgente mediante el desarrollo de propuestas urbano-arquitectónicas que se presentan como oportunidades para iniciar una reconquista de los espacios colectivos de la ciudad.