Marginalia Nº 4 - Agosto de 2003


Marginalia Nº 4 - Agosto de 2003

CUENCA, ATENAS DEL ECUADOR
CIUDAD UNIVERSITARIA
PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD

Entrevista


Marginalia Nº 4 - Agosto de 2003

Doctora en Filosofía y Letras. Poeta y ensayista reconocida, con un profundo sentido del magisterio y la mística. Ha escrito una cincuentena de libros, en prosa y en verso, obras en las que destaca su profunda sensibilidad y laborioso trabajo con la palabra, mirada ésta desde su profunda esencia metafísica, como portadora de sutiles misterios y bellas revelaciones.

A continuación, un extracto de nuestra conversación con ella:

MARGINALIA: Se dice actualmente, que la poesía está quedando en un segundo plano de la existencia humana ¿Es esto cierto?

IMD: No, no es cierto; ese es un criterio absurdo. Porque la existencia de cada persona no es algo que se queda afuera; la poesía es algo interior, no postizo. La poesía está en nosotros.

MARGINALIA: Si la meta de los poetas es llegar cada vez a un público más amplio, ¿debería escribirse poesía de manera que todos entiendan?
IMD: El poeta no debe tener esas metas. No todos están en un nivel adecuado para entender la poesía. No toda la gente comprende este "rapto" que vive el poeta. El que está listo para entender, entiende; es decir, el que tiene ojos para ver, ve; el que tiene oídos, oye.

MARGINALIA: ¿Cree Ud. que la actividad literaria, en general, y la poética, en particular, tienen futuro en una sociedad "light" como la nuestra?
El futuro está en nosotros, la sociedad es un ente abstracto; lo que impera es lo individual, lo personal. Casi se podría decir con Leibniz que somos mónadas cerradas, unidades. No dependemos de la sociedad.

MARGINALIA: ¿Qué hacer para motivar a las nuevas generaciones frente al quehacer literario?
No es necesario hacer nada: La motivación tiene que estar en la vocación que tengan ellos, en su actitud filosófica de entendimiento, no solo de la poesía sino de toda la vida... El poeta obedece los dictados de su espíritu, de su inspiración, de su voz interior.

MARGINALIA: Háblenos de sus proyectos literarios...
Yo vivo el presente...el eterno ahora de los hindúes. .. Yo no sé si más tarde la muerte llama a mis puertas ... No.. Hay que vivir el presente. Yo tengo más bien un pasado literario... El futuro vendrá por sí solo. El futuro se vuelve presente en cada instante de nuestra vida. Es posible que yo escriba algo más, es posible que ya no escriba...

MARGINALIA: ¿Alguna recomendación tal vez, para los nuevos poetas que están surgiendo actualmente?
Que cultiven su espíritu, además de su intelecto, que estudien, que tengan cultura académica ... por lo menos fundamentos de filosofía, tanto de la occidental como de la oriental... Que no es solamente escribir por escribir y desaprobar todo lo que ellos llaman "tradicional". No. Vivimos siempre nuestra época. El futuro se vuelve en cada instante, presente, y el presente se vuelve pasado. No podemos adelantarnos al tiempo. El tiempo -Platón dijo- es la imagen móvil de la eternidad. Nosotros vivimos solamente el instante, el instante que apenas podemos .captar con nuestra conciencia ... Nada más.

DIOS Y EL HOMBRE
La bella pecadora
que ofreció su cuerpo
en holocausto de rosado marfil
quiebra el vaso de perfumes
para ungir los sagrados pies.

Sus cabellos como hebras de oro
caen sobre el rostro húmedo de amor.

Una fragancia de nardos
flota en el ámbito
que ilumina la Presencia divina.

La palabra del perdón
limpia su alma de la insólita culpa

Poesía cuencana


Vieja piedra de siglos tumbada en la leyenda,
vieja arcilla morena de mezcla mitimae,
de las manos del indio adveniste a la historia,
con un collar de páramos, cantando yaravíes.

En ti tienes el alma del indio hecha montaña:
largo dolor de poncho, flor de lágrima fresca,
tendida en el camino para mirar auroras.
En ti, cántaros de agua que amamantan cosechas
y un puñado de angustias en las manos del indio.

Vieja piedra: en tus ancas de piedra, la voz ronca
de Huagñay engreído, se alistó a la contienda;
en tus senos de páramo yo apuré la nostalgia
de la raza y anduve tras el grito redondo
arrancado del viento por garganta mitaya.

Y encontré que ese grito era el mismo de ahora:
grito fértil y antiguo de bocina y de quena,
que allá -cuando hubo de escribirse la historia-
con el diente afilado de cuchilla y arado,
mordió el vientre moreno de la tierra doncella,
para hacerla parir mil cosechas maduras.

Y encontré que naciste, como nacen las tardes,
mezcladas a los vientos, como las golondrinas:
tus pechos de montaña puestos frente del alba,
tu cintura cacique de bronce al mediodía
y tu boca joyapa cara a cara del sol.

Y oí que la palabra del padre Pachacámac
me dijo, señalando tu vastedad rotunda:
allí está el Ingapirca con su canción de siglos,
allí el Narrío inmenso, paridor de secretos,
allí el Baño del Inti, allí el Libro del Tiempo,
abierto ante los ojos buscones de la Historia.

Vieja piedra: en el monte besador de los astros
te levantas soplando bandalajes de niebla.
En ti amaron los surcos el verdor de la espiga,
la dulzura dorada del trigal, y el manojo
amarillo de callos en los dedos del indio.

Así te amaron todos, así te amó mi anhelo,
así el año testigo de la fábula, el polvo
vozarrón del camino, y el ceño displicente
del armado colono que rompió tu llanura.

Vieja piedra lanzada a la orilla del tiempo,
vieja arcilla morena, yo te entrego mi canto
en la boca fragante de tus bellas mujeres.
En sus vientres fecundos se aquietaron los vientos,
en sus senos dormidos despertó el ala blanca
de mi verso, en sus manos se formó la corriente
rompedora de angustias que te traigo en mis manos.

Aquí, latiendo enorme mi corazón indígena.
Aquí, collar de páramos cantando yaravíes.
Aquí sudor de poncho, fresca cántara de agua,
y un dolor hecho versos en el alma del indio.

Poesía universal


AGAG DE AMALEQ
Agag, rey de Amaleq, fuerte guerrero,
recién vencido -y perdonado- dijo
para sí, arrodillando las palabras,
como quien rinde culto a la derrota:
Se alejó la amargura de la muerte.
Poco tiempo después, la daga curva
de Samuel trazaría en sus costados
el signo de la cólera divina,
profuso manantial de sangre noble.
Y del brillo inmortal de aquella frase,
solemne funeral de la esperanza
y de la fe, no quedarán destellos
en las antologías: todo es humo.

Poeta invitado


EN SU PRIMER CENTENARIO

Luchadora incansable, promotora y directora de revistas y suplementos literarios, que se honraron con colaboraciones de distinguidos escritores de la época -Gabriela Mistral, Jorge Carrera Andrade, Gonzalo Escudera, Carlos Sabat, Juana de Ibarborou, Alfonsina Storni, entre otros-, fue, además, gran viajera, socialista, docente, feminista y pacifista. Mas, por motivos políticos, fue separada, en 1963, de su cátedra en la Universidad de Guayaquil.
Publicó dos libros: Como el incienso (1925) y Tiniebla (1943). El resto de su obra permanece, lamentablemente, inédito.

Su poesía amorosa es considerada "escandalosa" en su tiempo, pues se revela como una perfecta armonía entre lo carnal y lo místico; mientras que el tema de la muerte, de gran profundidad y emoción, constituye todo un libro (Tiniebla), escrito por la desaparición de su madre.
La poesía, para Aurora, es la llave que le abre el mundo de las cosas, del pasado de su estirpe humana; que le trae la memoria perdida de los siglos, y le ayuda a reencontrarse a sí misma en el torrente del tiempo y del espacio.

ES UNA LENGUA DULCE Y PERDIDA
¿Sobre qué playa azul, mediterránea,

se alzaron tus murallas y tus torres?

¿De qué isla celeste

partían tus naves a los Siete Mares?

Y que alguien de una raza que partía

Era ...

Ya no sé dónde ni cuándo...

El polvo me ha borrado los caminos..

¿Era tal vez la tierra del milagro,

o la infinita de mi propio sueño?

Nadie podrá decirme dónde estuvo

ni el canto de las olas en su playa!

Pero en un punto arcano de mi alma

hay un henchido surco de destinos

guardando la memoria de esa voz

venida a mí en idas lontananzas...

me dijo en oración de extraña lengua.

(...)

Llegas en lirios de aire,

dulce,

desde la Isla perdida...

Y donde me nace el pensamiento

eres ala nostálgica,

lengua dulce e inmémore.

 

Reseñas


ANTOLOGÍA POÉTICA DE ILEANA ESPINEL
ANTOLOGÍA POÉTICA DE ILEANA ESPINEL

Comité pro Homenaje a Ileana Espinel
Guayaquil, 2002

Precedida de un lúcido estudio de su amiga, la también poeta Sonia Manzano, asistimos a esta hermosa antología de la obra de Ileana (Guayaquil, 1933-2001), una de los pocos poetas en Ecuador que ha hecho escuela con su característico estilo, tan clásico y tan contemporáneo a la vez. Poesía que indaga inmisericordemente entre los pliegues sufridos de la condición humana para rescatar todavía algo de esa "divina escoria", que somos. Rescate que, se nos demuestra en cada verso, solo es posible por y a través de la palabra poética.
Poesía que rezuma sabiduría amarga. Asunción valiente del olvido, el tiempo y la nada en que, finalmente, desembocamos.
"Ensayo una canción para tu muerte/como pudiera hacerlo por tu vida./Ay, mi nostalgia de tu faz perdida/que ni llora ni ríe de no verte //¡Quién hubiera sabido convencerte/de la inútil premura del suicida,/si en un tren que retorna de tu huida/llego al mismo destino de tu suerte!"

Alejandra Andrade

CIUDAD EN VERSO. ANTOLOGÍA DE NUEVOS POETAS ECUATORIANOS
CIUDAD EN VERSO. ANTOLOGÍA DE NUEVOS POETAS ECUATORIANOS

Xavier Oquendo Troncoso
Casa de la CulturaEcuatoriana,
Libresa, Quito, 2001

Estudio concienzudo, serio y bien documentado. Escrito con pasión y agudeza, hace gala de un estilo atractivo y convincente. La obra incluye un largo análisis de los principales rasgos, según el autor, característicos de este grupo de poetas y de su época, y una antología representativa de textos. La selección de los poetas, nacidos entre 1964 y 1981 (25, en total: el mismo Oquendo, Roberto Altamirano, Marialuz Albuja, Marcelo Báez, Luis Mussó, Ana Blum, Julia Erazo, Franklin Ordóñez, Pedro Gil, Alfonso Espinosa, Marcelo Silva, entre otros) pasa por los siguientes puntos: a) permanencia dentro del campo de la poesía, b) méritos literarios, c) calidad poética. Aunque este último aspecto no encontramos suficientemente desarrollado, pues la obra se concibe más dentro de un marco sociológico que literario propiamente.
Sin embargo, se trata, sin duda, de un buen aporte al conocimiento de los últimos poetas de Ecuador.

Sara Vanégas Coveña

HUELLAS
HUELLAS

Julieta Zamora Donoso
s.e., Cuenca 2001

De tono impresionista, la escritura de Julieta (miembro del Taller de Literatura de la Academia Iberoamericana de Poesía, capítulo Cuenca) no se pierde en cavilaciones metafísicas complicadas, sino que, sencillamente, canta a su entorno, a su mundo. Intenta reproducir con palabras la huidiza sensación o el rápido surgir de un pensamiento: lo suyo es la captación del momento y lo que ese momento trae a su conciencia.
De este modo, HUELLAS, su primer libro, se revela como una campanada lírica, plena de bellas intuiciones, que nos abre las puertas hacia el paisaje interior, tanto como al mundo de los acontecimientos de todos los días. Allí están las flores, las olas, los montes, las luciérnagas; pero también están el corazón, sus aventuras y sus demonios.
"No sé/si la noche se deshoja/en pálidos pétalos/de sombras/ .../pero sé/que el día los recoge/en arrebolado rocío/y en aurora".

Sara Vanégas Coveña

Créditos


Año 2, Número 4
Noviembre de 2002
Brasil 3-101, Cuenca
Telefax: 818 840
e-mail: svanegas@uazuay.edu.ec


Directora:
Sara Vanégas Coveña

Colaboran en este número:
Isabel Moscoso Dávila, Francisco Granizo Ribadeneira, Julieta Zamora, Luis Alberto de Cuenca, Rosalinda García, Beatriz Schaefer Peña, Oscar Londoño, Alejandra Andrade, Xavier Oquendo Troncoso

Diagramación:
Anl.Katherine Ortiz Vidal

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Correspondencia y colaboraciones:
casilla: 01-01-1178,
Cuenca - ECUADOR
e-mail: svanegas@uazuay.edu.ec