Marginalia Nº 1 - Abril de 2001


Marginalia Nº 1 - Abril de 2001

La Academia Iberoamericana de Poesía fue establecida en la ciudad de Cuenca en noviembre del año pasado, con la concurrencia de los poetas más representativos de la localidad, quienes figuran como socios fundadores de la entidad.

La Academia tiene como objetivo principal la promoción y difusión de la poesía local, nacional y universal, en el propio capítulo, tanto como en sus filiales -diseminados a lo largo y ancho del planeta- y en los múltiples centros culturales (universidades, especialmente) que mnatienen cátedras sobre literatura española y latinoamericana.

Con esta finalidad, el capítulo Cuenca ha planificado y llevado a cabo una serie de actividades. Destacamos entre otras:

- 14 de diciembre de 2000: Se celebra, por primera vez en Ecuador, el Día Mundial de la Poesía. Intervienen en esa ocasión alumnos de la Universidad del Azuay (Jaqueline Cárdenas, Diana Garrido, Johanna Peralta) y de la Universidad de Cuenca (Pablo Pérez), leyendo textos de Octavio Paz, Olga Orozco, María Mercedes Carranza, Félix Pita Rodríguez y José María Álvarez.

Durante el acto se presenta el poemario Antología Personal de Sara Vanégas Coveña. El análisis de la obra está a cargo de Oswaldo Encalada Vásquez.

En el 2001:

- 14 de enero: Se conforma el Directorio de la A.I.P., capítulo Cuenca. Presidenta: Dra. Sara Vanégas Coveña (que hasta entonces había actuado como Coordinadora del capítulo), Secretario: Lcdo. Gerardo Salgado Espínoza, Vocal-Tesorero: Lcdo. Eliécer Cárdenas Espinosa.

- 24 de enero: Con motivo de celebrarse el quincuagésimo quinto aniversario del H. Consejo Provincial del Azuay, la A.I.P., capítulo Cuenca ofrece un recital poético. En él intervienen: Magaly Vanégas, Franklin Ordóñez, Gerardo Salgado, Eugenio Crespo y Galo Torres.
 

- 2 de febrero: Se desarrolla un nuevo recital de poesía en el Instituto Técnico Superior Francisco Febres Cordero, en el que participan Eugenio Crespo, Magaly Vanégas, Gerardo Salgado y Sara Vanégas Coveña. La coordinación del evento la realizó la Lcda. Rosa Sarmiento, directora del área de Lenguaje y Literatura del plantel.

 

- 14 de febrero: La A.I.P. colabora con el diario El Mercurio de la ciudad, con la elaboración de una página sobre Lírica del Amor y la Amistad, con poemas de Octavio Paz, Juana Rosa Pita, Carlos Eduardo jaramillo, Juan Gelman, Gloria Vega de Alba, Thiago de Mello y Carmen Orrego.

 

- 14 de marzo: Se realiza un recital poético y diálogo con el alumnado del Colegio Sagrados Corazones. Participan Sara Vanégas Coveña y Gerardo Salgado Espinoza; coordina el acto el Lcdo. Pedro Morales, catedrático de Literatura del establecimiento.

 

- 4 de abril: Sara Vanégas Coveña presenta el poemario Huellas de Julieta Zamora Donoso.

 

- 6 de abril: Se presenta el poemario Centinela de las cenizas de Magaly Vanégas Coveña. Eliécer Cárdenas analiza la obra.

Entrevista


Marginalia Nº 1 - Abril de 2001

Por qué decidió ser poeta? Creo que nadie decide ser poeta. En contra de otras dichosas perspectivas, a veces se termina siendo así ... a la altura de mis seis décadas y más, sospecho que quienes decidieron que escogiera tan ilusoria tarea fueron mis genes y Dios.

¿Cuáles fueron los sueños que se le cumplieron a Ileana Espinel, y los sueños que aún no se cristalizan? Si para un poeta el sueño mayor radica en el reconocimiento público (ediciones dentro y fuera del país, traducciones de sus textos, ingreso a antologías realizadas por autores serios e idóneos, galardones oficiales o particulares), ese sueño se ha cumplido en muy alta proporción. Como "carezco de kilometraje", que dijera cierta vez de sí Hugo Mayo, esto es, como casi no he salido de la patria, lo conseguido al respecto es como para tranquilizar a cualquiera, más a mí que -poco ambiciosa por naturaleza- he recibido con cierta olvidadiza complacencia lo poco o mucho que haya obtenido en ese ámbito existencial.
En cuanto a "los sueños que aún no se cristalizan" y que no lo harán jamás: tener buena salud (en la infancia padecí de dos gravísimos males, luego vinieron otros hasta desembocar hace dos años en un cáncer que, luego de ser operado, me tiene en compás de espera), y el concebir un hijo del único hombre que amé y que hoy sería báculo y consuelo en mis días senectos.

¿Podría hacer algunas referencias históricas sobre su generación literaria? La generación literaria del 50, a la que pertenecemos los poetas del Club 7, fue pródiga en valores fundamentales, como Francisco Tobar, Alfonso Barrera, Fernando Cazón, Francisco Granizo, César Dávila Torres, Eduardo Villacís Meythaler, Miguel Donoso Pareja, Jorge Torres Castillo, Alicia Yánez, José Martínez Queirolo, Walter Billolio, Alsino Ramírez, y, desde luego, David Ledesma y Sergio Román. Unos integrando los grupos Umbral y Presencia de Quito; otros, miembros del Movimiento Horizonte y del Club 7 de Guayaquil.
Varios de estos escritores se graduaron en profesiones diversas; se dedicaron dos o tres a la diplomacia, viajando mucho y gozando de notoriedad extraliteraria; algunos se exiliaron por motivos políticos, y lograron triunfar culturalmente en los países que los acogieron, mientras otros fallecieron por la ley de la vida o de su propia mano; y los que sobreviven siguen produciendo y publicando cuando les es posible (por los enormes costos que supone la edición de un libro en la actualidad).

¿Qué es la poesía para Ileana Espinel? Dirigiéndome a su esencia abstracta-humana-maravillosa, cierta vez -y en un solo verso- le confesé a la poesía: "sólo por ti el estiércol lame el pie de los cielos". Es su poder transformador el que allí exalto.
¿Cuál es el papel que juega el artista dentro de una sociedad en donde es poco reconocido y valorado como tal? Dentro de esa sociedad cosificada y carente de ideales que usted señala, ningún papel, desde luego. Pero dentro de la Humanidad -que es materia con espíritu- el artista es quien lidera la trascendencia de los valores permanentes de la Especie.
¿Qué futuro les espera a los escritores del 2000? Sin una bola de cristal que me permita vaticinar sin riesgos, soy más bien optimista respecto al futuro de los escritores. La ciencia avanza vertiginosamente y anulará, sin duda, ciertos prejuicios y dogmas limitantes; creo, sin embargo, que la literatura y el arte persistirán, con radicales cambios en las formas de expresarse acaso, ya que son ineludibles componentes de la ensoñadora condición humana.
Por lo demás, en ninguna época de la historia, el arte ha sido estímulo de multitudes ... En medio de las más arduas vicisitudes posibles, el arte y sus cultores persistirán sobre la Tierra.

 

ILEANA
 

ILEANA de la estatua luminosa,
del verso altivo y la amistad sonora;
de los mares magnolia soñadora,
de las batallas capitana airosa.

Ala de eternidad con pie de diosa,
vuelo de estrella en plenitud canora;
en tu lira la sombra se hizo aurora
y la justicia enardecida rosa.

Caminos nuevos al Parnaso abriste,
y con sandalias vallejianas diste
el vino tinto de tus rebeldías

Ya estás de paz bañada y de luz pura,
tejiendo con puntadas de ternura
la gloria augusta de tu poesía.

Rodrigo Pesántez Rodas

(Este soneto, por primera vez publicado en MARGINALIA, escribió Rodrigo, amigo de Ileana, a los pocos días del fallecimiento de la escritora)

 

DOS POEMAS DE ILEANA ESPINEL

MAR FINAL
     
¿Era la Vida? No. Era una llaga
en la aguja sin norte de mis venas.
¡El miserable céntimo que paga
mi plenitud de líricas sirenas!

¿Era la Muerte? No. Era la nube
de murciélagos -Pájaros acedos-
¡Era la risa que a mis labios sube
sarcófago de música en mis dedos!

No era la Vida. No. No era la Muerte.
Ni era la inútil caridad de verte
en mi ternura niña derrotada.

¡Sólo Peter Tchaikovsky. Mis dos brazos
Y Vallejo -sangrándome los pasos-
en el mar luminosos de la Nada!

ACASO

Era un ángel de tierra el viento iluminado
que me azotaba el lápiz y los años.
Era leve mi blanca soledad sin reproches
Y la paz iba en mí
como esta larga cabellera obscura
que acompaña mi sien a todas partes.

Estoy tratando de explicarte ahora
que por tu vida conocí la muerte.
Que esa alta -y fiera- agónica rencilla
batallando en el mar de mi nostalgia
debe a tu luz sus sombras de tortura.
Que de no haberte conocido,
acaso
no fuera esto que soy: mísera llaga.

Poesía cuencana


LOS OBSCUROS RINCONES (Fragmentos)
Y tomé, vanamente,
el trapo de los días,
para limpiar, desde un comienzo,
el pasado de los hombres

Hemos lactado las raíces del tiempo,
desde sus orígenes
-aferrados al cuello de la arcilla-,
hasta que nos crezca la lluvia.
Y caernos de pregunta,
como las hojas del otoño.

Anduve, con la embriaguez,
por antros del tiempo y espejos.
Izando, frente a las multitudes,
Mi costillaje desnudo;
con el presagio del enfrentamiento.

Este veneno diario, amigable,
que me bebo y me destierra,
cada vez que me despierta.

Eugenio Crespo Reyes

Poesía universal


TRECE - III
He notado en tus ojos tristeza de invierno
y una luz que resbala hacia bordes opacos.
En tus labios he visto dolor y desierto,
como si algo dejara en su hueco la arena
que algún viento lejano arrastró por el tiempo.
Me has mirado y he visto que al fondo de tu alma
se ha colgado una daga de tórrido hielo.
Si dejaron sin nervio el color de tus sueños,
despoblados y ausentes, y dejaron sin besos
la tibieza inocente y azul de tu cuerpo,
yo, que no te conozco, te ofrezco mi noche
encendida de estrellas de un cálido cielo.
Y que en negro arrebato nos trague el silencio.

Emilio Ballesteros (español)

Poeta invitado


El poeta portugués Fernando Pessoa es uno de los más importantes de su país y de la literatura mundial. Su existencia transcurrió casi toda en Lisboa, donde se desempeñó en actividades ajenas a las letras.

Con una formación propia muy solvente, fue un notable conocedor de las corrientes de su época. Dominaba el inglés y el francés, y también escribió poemas en estas lenguas.

Lo más notable de este autor fueron sus heterónimos, es decir, la producción de la obra de varios poetas, cada uno con su acento, sus tendencias y tradiciones.

Los heterónimos de Fernando Pessoa fueron, en primer lugar la obra que solía firmar con su propio nombre literario; Alberto Caeiro, el maestro neopagano de los demás; Álvaro Campos, vanguardista obsesionado por las máquinas, la velocidad y el progreso; Ricardo Reis, la disciplina mental al servicio de la poesía.

La vasta obra de Fernando Pessoa no se agota en estos heterónimos, puesto que también escribió ensayos metafísico-filosóficos, como El libro del desasosiego, a la manera de un diario íntimo de gran valor conceptual y poético.

Poco conocido hasta hace unos años en el ámbito del idioma castellano, Pessoa es actualmente un poeta apreciado por el público de nuestro país.

Eliécer Cárdenas E.

DOS POEMAS DE FERNANDO PESSOA

I

Las rosas amo del jardín de Adonis,
Esas volubles amo, Lidia, rosas.
Mueren el mismo día
Que nacen: luz eterna
Es su día, pues nacen cuando nace
El sol, brillan con él, en él se queman,
Y antes que el carro alado
Apolo deje, mueren.
Hagamos, Lidia, nuestra vida un día,
Olvidemos adrede que la noche
Antes está, y después,
Del poco que duramos.

II

No quiero recordar ni conocerme.
Es suficiente ver esto que somos.
Basta para vivir
Ignorar que vivimos.
Vive lo que vivimos cada hora
Y al vivirlo lo muere con nosotros:
Cuando pasa, sabemos
Que nosotros pasamos.
¿Mas qué sirve saber que lo sabemos?
Sin poder, nada vale conocernos.
Mejor vida es la vida
Que pasa sin medirse.

Reseñas


EL TIEMPO, LA MUERTE, LA MEMORIA
EL TIEMPO, LA MUERTE, LA MEMORIA

María Augusta Vintimilla Quito, Universidad Andina Simón Bolívar, Corporación Editora Nacional, 1999

Libro que sugiere los caminos a seguir por el lector de la poética de uno de los más altos exponentes de la lírica ecuatoriana. Se trata de un análisis profundo, minucioso y exigente de la obra de este autor cuencano (Premio Nacional de Cultura, 2000), en un recorrido que, partiendo de Tránsito en la ceniza (1947), continúa por El mundo de las evidencias (1970), Oposiciones y contrastes (1976), Sollozo por Pedro Jara (1977), In memoriam (1980), Alguien dispone de su muerte (1988), hasta llegar a Los rostros de eros, hasta hoy último poemario publicado por Jara, en 1997. En esta obra, la autora destaca la recurrencia de lo cotidiano, lo coloquial, lo sensorial, así como la permanente experimentación lingüística y formal del poeta, elementos característicos de su quehacer, y que a la vez se constituyen en vehículos idóneos en la búsqueda de una trascendencia desde el aquí y el ahora.

Franklin Ordóñez Luna

ANTOLOGIA PERSONAL
ANTOLOGIA PERSONAL

Sara Vanégas Coveña Guayaquil, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2000 PREMIO NACIONAL DE POESÍA JORGE CARRERA ANDRADE, 2000

Los tópicos del viaje, el amor, la memoria, el mar son los referentes más frecuentados a lo largo de toda la poesía de Vanégas, semiotizados en códigos simbólicos que relacionan ese viaje con la vida y sus aventuras; el amor, con el goce un poco a la manera de Camus, el que se produce por el contacto con la naturaleza, el sol, la arena que impacta la conducta y la memoria para siempre; y la presencia del amado más bien imaginado, soñado, recordado en los silencios y en las reminiscencias que guarda la memoria. /.../ No se trata de un discurso autorreflexivo, sino de uno monológico, cuando el eje que domina es el de la soledad, ya anunciada desde el inicio del libro; y de uno dialógico, que se dirige a un tú con el que se comparte ese recorrido por los referentes del viaje y del sueño de ese viaje, que finalmente abarcan la metaforización total de los textos. /.../ La poesía de Sara Vanégas ha recorrdio muchos lugares en diversos idiomas. Su huella, tan personal y definitiva, ya está presente en los registros de la literatura ecuatoriana y latinoamericana.

Cecilia Vera de Gálvez

Catalina Sojos Cuenca, Universidad de Cuenca, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2000
Catalina Sojos Cuenca, Universidad de Cuenca, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2000

Escritura agónica, repleta de intuiciones y memorias, la obra es un intento de auto(re)conocimiento y superación de la soledad. Protagonistas son el yo poético y la casa (tradicionalmente símbolo del mismo yo, aunque aquí, "Algo no llega a identificarse conmigo"), que, sumidos en un mundo de abandono y ruina, ven pasar frente a sus ojos la vida, bella y lejana ("Afuera el paisaje se abre esplendente desde siempre"). La casa es probablemente todavía el rincón más seguro del yo, el lugar en que aún es posible refugiarse sin mayores riesgos. Y, en esta lucha desigual entre los recuerdos y la esperada "bendición del olvido", ese yo fragmentado y aterrorizado busca alivio en la huida final: "¡Ay, te convoco muerte, ven, ven y llévame contigo!". Todo ello enmarcado en el repiqueteo obsesivo del tambor, que cual manto oscuro delimita ese mundo cansino y sin esperanzas, separándolo definitivamente de la luz. El rincón del tambor es algo así como un diario de la desolación, el balbuceo del yo atrapado entre sus propios fantasmas y restricciones: el paso del tiempo, el desamor, la añoranza. Y la imposibilidad del olvido. Bello despliegue de imágenes evocadoras, en una atmósfera gris, cuyo brillo amenaza con arrastrarnos también en su torbellino de sombras.

Sara Vanégas Coveña

Eugenio Crespo Reyes Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2000
Eugenio Crespo Reyes Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2000

Poesía epigramática, silenciosa y hermética (si bien ya menos que sus obras anteriores). Meditativa y filosófica, nos conduce a través de los laberintos del tiempo, de los espejos y la memoria, hasta desembocar en el vértigo de la caída: "Somos las formas del tiempo, / un sonido agudo y prolongado; /que nos golpeamos -como un péndulo- / en los extremos del silencio, / de este obscuro y gigantesco universo". Para el poeta, el tiempo no es no una sucesión monótona de pasado encarnado en el presente, en la que se encuentra como en una cárcel, doblegado el yo ("No dispondremos de las llaves, / para abrir la cerradura del tiempo."). Mientras que la impiedad de los espejos solo puede reflejar lo poco que nos queda de humanidad: "Somos, frente a los espejos / esta mueca, el cortejo y el enigma; / el resultado de nuestra confrontación." Verso a verso, Crespo insiste en que todo es pasar, y que lo que queda de ese pasar nuestro por la vida no es sino reflejo apenas, que pronto se borrará, como nosotros mismos. Escritura cortada, fragmentada; juego doloroso de luces y sombras.

Sara Vanégas Coveña

Créditos


Año 1, Número 1
Abril de 2001
Brasil 3-101,Cuenca
Telefax: 818 840
e-mail:svanegas@uazuay.edu.ec

Directora:
Sara Vanégas Coveña

Colaboran en este número:
Rodrigo Pesántez Rodas, Ana Cecilia Blum, Efraín Jara I., Gerardo Salgado E., Eugenio Crespo R., Franklin Ordóñez L., Catalina Sojos, Eliécer Cárdenas E., Cecilia Vera de Gálvez,

Diagramación:
Digna Maxi

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Correspondencia y colaboraciones:

casilla: 01-01-1178,
Cuenca - ECUADOR
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