Estudio observa usos y diseño de “pasos cebra”

Estudio observa usos y diseño de “pasos cebra”

Según tesis de postgrado en curso, no hay un modelo único, ni en forma, ni dimensiones ni en materiales.

Los “pasos cebra” pintados sobre las calzadas de Cuenca para señalar el lugar por donde deben cruzar los peatones no tienen un modelo único, ni en su forma, ni en sus dimensiones, ni en los materiales para ejecutarlos.

Los “pasos cebra” de la ciudad son materia, hoy día, de una tesis de investigación de postgrado en ingeniería en tránsito de la Universidad y esta es una de las primeras conclusiones del trabajo a la que ha llegado Jaime Ortiz, investigador.

La Universidad de Cuenca, la Universidad del Azuay y la Municipalidad de Cuenca llevan adelante el proyecto “Pies y Pedales”, con el que se pretende obtener información sobre las distintas modalidades de transporte y parte de ello es determinar por qué los peatones usan o por qué no usan los “pasos cebra”.

Según el ingeniero, en estos días se encuentra en la fase de obtención de la información a cerca del comportamiento de conductores y viandantes con relación al “paso cebra”.

En la parte física de esta señalización, se ha encontrado que son pintadas de diferentes dimensiones y formas; algunos “pasos cebra” tienen antes una línea de protección adicional, pero otras no.

Con algunos pasos hay figuras geométricas con baldosas o materiales de color rojo, por ejemplo, en el Centro Histórico y otros son llanos, sin ningún diseño.

Para otros pasos se utiliza el “hemorrillado”, como denomina el técnico a la colocación de piedrecillas ornamentales.

En otros puntos, como el Parque Calderón, para el “paso cebra”, en vez de pintura se ha utilizado baldosas blancas. En otro punto de su observación en sitios como la Plaza de las Flores o Santo Domingo, a partir del “paso cebra” sube el nivel del piso de la calzada, lo que debe ser tenido en cuenta por el conductor.

El “paso cebra” es definido por el Reglamento a la Ley de Tránsito como una “zona de seguridad peatonal”. El siguiente paso de la investigación será determinar si la ciudadanía -al margen de si se usa o no- identifica o no a estas señales como un “paso cebra”.

Otros temas que indagará el investigador son: las relaciones entre viandantes y conductores con relación al “paso cebra” y también el cómo funcionan los semáforos de las esquinas para el peatón.
A propósito, tampoco son de diseño único: unos tienen contador de segundos, otros anuncian el cambio de color con sonidos (como si imitaran a un pájaro), otros con el simple color, enfocado al caminante y otros enfocado a los conductores.

Ortiz observa que en pocas bocacalles y “pasos cebra” hay espacio para sillas de ruedas y en algunas esquinas, inclusive, hay bordillos colocados por protección, pero que pueden también ser obstáculos, tratándose de personas con discapacidad.

El proyecto “Pies y Pedales” es promovido por la Dirección de Investigación de la Universidad de Cuenca.

MÁS DETALLES

– El Reglamento de la Ley de Tránsito, en su artículo 266, Numeral 4 establece que los peatones deben “cruzar, tomando precauciones, en las vías en que no existan: semáforos, pasos cebra, pasos elevados…

– El artículo 267 del mismo Reglamento de la Ley de Tránsito señala que: las personas invidentes, sordomudos, con movilidad reducida u otras personas con discapacidad, gozarán de derechos y preferencias.