Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor

El 23 de abril se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, una fecha establecida por la UNESCO en 1995 con el objetivo de rendir homenaje a los libros, a sus autores y a todos los lectores. Esta jornada invita a reflexionar sobre el valor de la lectura y su impacto en la sociedad.
En ese sentido, Oswaldo Encalada, reconocido escritor y docente investigador de la Universidad del Azuay, compartió su visión sobre el valor del libro en nuestra sociedad. La cultura es impensable sin el libro, no solo por su contenido, sino por su capacidad para conservar el conocimiento a lo largo del tiempo. Destacó cómo desde los orígenes de la escritura, el ser humano ha buscado guardar sus sentidos, ideas e historias en un soporte físico que trascienda la memoria individual. El libro, afirmó Encalada, es el gran depósito de la memoria colectiva de la humanidad.
También abordó el papel clave de la lectura en la infancia. Subrayó que el amor por los libros nace en los primeros años de vida, y que esta conexión debe ser fomentada por los padres. Recordó con ternura la imagen de un niño escuchando cuentos antes de dormir, y cómo ese gesto aparentemente simple siembra una semilla duradera. Para él, enseñar a los niños que esas historias maravillosas que viven en los libros, es abrirles la puerta a un universo de posibilidades que los acompañará toda la vida.
Como autor, compartió que las mayores satisfacciones le han llegado a través de los cuentos infantiles. Relató una anécdota en la que un niño, tras leer uno de sus cuentos, le preguntaba con lógica infantil por qué un ratón podía tener como amuleto un rabo de conejo, si era más grande que él. Esa curiosidad espontánea, ese pensamiento crítico en construcción, es para él uno de los mayores regalos de la literatura.
A su vez, Encalada destacó que la lectura estimula habilidades esenciales como la imaginación, la creatividad y el pensamiento crítico. En un mundo saturado por lo audiovisual, recordó que leer es una actividad activa que involucra profundamente al lector. Comparó la experiencia de leer con la de jugar un partido de fútbol en la vida real, en contraposición a simplemente verlo en una pantalla: una cosa moviliza el cuerpo y la mente, la otra apenas los entretiene. En la lectura, el lector debe imaginar, construir mentalmente escenas, personajes y paisajes, lo cual supone un esfuerzo creativo valiosísimo.
El libro es un tesoro, no por romanticismo, sino por verdad, afirma Encalada. Quien quiera enriquecerse en cualquier ámbito del saber tiene que acudir a los libros. No se puede ser rico sin trabajar, y leer, es el trabajo más hermoso que un ser humano puede hacer.
Este Día Mundial del Libro, celebremos el poder de las palabras, compartamos historias y sigamos cultivando el hábito de la lectura. Porque cada libro es una puerta abierta al conocimiento, la imaginación y la libertad.
