La UDAFE

La UDAFE

La UDAFE

 

Fue el año 2011. Los caminos de la Universidad nos inspiraban. Existía entre nosotros un aire fresco por renovar ideas, intenciones por servir y un compromiso con los sueños de los estudiantes.

 

Lo que importaba era ser útil. Necesitábamos reactivar con ética a la representación estudiantil. No había tiempo que esperar y junto a varios artífices de creativos proyectos, decisiones y trabajo, nos juntamos en la causa. De a poco, se sumaron voluntades. Llegaron amigos, nuevos incondicionales, y también, acólitos de camino. Los pensamientos interdisciplinarios de compañeros que provenían de las facultades de Filosofía, Administración, Ciencia y Tecnología, Diseño, Ciencias Jurídicas y Medicina, eran el insumo que alimentaba a las ideas de nuestro plan de trabajo. Creíamos que podíamos transformar, incidir, ser una voz crítica, y de paso, cambiar el mundo.

 

Así empezó todo. Armamos 91 candidaturas que conformarían la Federación de Estudiantes – UDAFE, asociaciones de facultad, comités de escuela, asociación deportiva y órganos de cogobierno. Éramos una ola fuerte y numerosa. El financiamiento, propio a la vida estudiantil, no era lo más destacado. Teníamos serias dificultades para afrontar los presupuestos de campaña con un electorado promedio de seis mil votantes. Sin embargo, no se escatimaron esfuerzos. Llegaron banderines hechos con recursos reciclados; telas gigantes pintadas en mingas que organizamos en casas que se ofrecían para el momento; caramelos del color de la lista; lonas donadas por los compañeros de comunicación y diseño; fotocopias para difundir nuestro plan de trabajo que serían dotadas por el generoso dueño de una copiadora cercana; y también llegaron globos, grupos musicales, megáfonos y parlantes. Todo era espontáneo. Hacíamos política universitaria con el corazón.

 

Tras varias noches de trabajo previo, reuniones, repaso de discursos, entrevistas, diálogos en los pasillos y la campaña en sí; el día de la elección llegó. Ganamos el 80% de la representación estudiantil. Perdimos en algunas escuelas en las cuales se impusieron preferencias distintas. Desde la presidencia de la Federación de Estudiantes – UDAFE, la gestión fue incansable y la camaradería en las aulas y campus universitario permanente.

 

De aquella época, muchos seguimos pensando en una mejor sociedad. No existe un ex estudiante, que haya abandonado su rol protagónico en la realidad local y nacional. La Universidad del Azuay fue el espacio de la formación integral, del impulso y construcción de nuevos caminos. Marcó la identidad de cada uno de sus estudiantes. Abrió sus puertas al pluralismo y diversidad. Nos hizo soñar con el presente y futuro. Hoy, al celebrarse junto a Cuenca el desfile conmemorativo por sus 50 años, renace en la memoria que la Universidad se quedó en el corazón. Pues, a la final, la UDAFE fue el pretexto para sentir y vivir –a profundidad- nuestra Universidad del Azuay.