Medio siglo de excelencia académica

Medio siglo de excelencia académica

Medio siglo de excelencia académica

 

Juan Cordero Iñiguez, primer rector de este centro de estudios, es el autor del libro: Veinticinco años (25): historia y testimonio, que presenta una reseña histórica de la creación de la UDA, que ahora será reeditado.

 

Según Cordero, Manuel de Jesús Serrano Abad, monseñor y primer arzobispo de Cuenca, sintió la necesidad de que sus estudiantes del Seminario San León Magno, tuvieran estudios universitarios.

 

El religioso escribió en 1964 a la Sagrada Congregación en Roma, para pedir autorización para comenzar los trámites tendientes a garantizar una mejor formación para sus alumnos.

 

Ese mismo año recibió una respuesta favorable y así inició la gestión para la creación de un centro de filosofía a nivel universitario. Había una ley de educación superior que no tenía normas precisas sobre la apertura de unidades académicas.

 

El 9 de agosto de 1968 Giovanni Ferrofino, monseñor y Nuncio Apostólico de la Santa Sede en el Ecuador, autorizó a la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil dar el patrocinio para la creación de una la nueva institución.

 

Primeras autoridades

 

Fue el Instituto Superior de Filosofía y Ciencias de la Educación en el Seminario San León Magno. Para que funcionara el primer curso de Filosofía fueron designados provisionalmente las autoridades, profesores y personal administrativo.

 

Fue nombrado como director Agustín López Canessa, sacerdote y como maestros: Claudio Malo González (Lógica), Francisco Olmedo Llorente (Filosofía); Carlos Pérez Agusti (Lengua y Literatura Castellanas) y José Castelví (Francés).

 

Como secretario fue nombrado Claudio Neira Garzón; y como contador y tesorero Carlos Tapia Ochoa. Fue el primer conserje Hugo Mosquera Serrano. Los primeros alumnos fueron unos sesenta.

 

Para Claudio Malo, uno de los catedráticos fundadores de la UDA, esta institución “a lo largo del tiempo ha contribuido de manera muy importante al desarrollo humano y material de Cuenca…”.

 

A decir de Malo en la actualidad los niveles de crecimiento de un pueblo no se juzgan tan solo por los recursos naturales ni los niveles de industrialización sino por los conocimientos.

 

 

 

 

 

Excelencia académica

 

Destacó un permanente esfuerzo por la excelencia académica y el desarrollo en diferentes ramas del conocimiento desde la ciencias humanas, de la salud, y hasta la tecnología.

 

“En sentido yo considero que tiene un reconocimiento importante tanto nacional como internacional, lo que demuestra que ha cumplido su tarea con responsabilidad dentro de la limitaciones que tiene el país…”, agregó.

 

Entre las principales transformaciones de la UDA, de acuerdo con este maestro, está el esfuerzo por lograr un equilibrio entre lo tecnológico y lo humanístico para formar gente calificada.

 

“No cabe limitarse en forma estricta tan solo a lo tecnológico, inclusive en áreas tecnológicas, que tiene la universidad, siempre se ha buscado que haya también un componente humanístico.

A criterio de Malo hay que devolver a la sociedad lo aprendido y hacerlo con sentido de búsqueda de un mejoramiento de la colectividad por tener acceso a la universidad es un privilegio.

 

Para este aniversario el mensaje de este maestro es continuar con un creciente aporte a la sociedad, además de que los estudiantes desarrollen el conocimiento en las distintas áreas no solo desde lo académico sino el servicio.

 

ENTRE COMILLAS

 

Claudio Malo, Fundador de la UDA

 

“Aparte del mero hecho de que la Universidad del Azuay (UDA) ha llegado a los 50 años, satisface que hayan sido 50 años de crecimiento progresivo y en permanente mejoramiento y de ir creando carreras que aborden distintas áreas del conocimiento porque la sociedad así lo requiere y además de que es un deber… Los estudiantes deben devolver lo aprendido a la colectividad…”

 

Mario Jaramillo Paredes, Exrector de la UDA

 

“La Universidad del Azuay (UDA) fue la primera universidad acreditada en la historia del país, fue la primera universidad entre las públicas y privadas que instauró la elección universal de sus autoridades, es decir con voto de profesores, estudiantes, empleados y trabajadores, que votaban todos ellos por medio de delegaciones… Dio ejemplo de adaptarse a las nuevas circunstancias del país…”.

 

Francisco Salgado, Rector de la UDA

 

“Nosotros queremos privilegiar sobre todo la formación de la persona, eso siempre ha sido el signo de la universidad, la formación del ser humano para que esté a tono con los cambios muy rápidos que se están dando en el mundo… Las profesiones están cambiando, las ocupaciones están cambiando… La universidad necesita formar personas que sean capaces de transformar el mundo…”.

 

La Universidad busca mantener su autonomía

 

Para Mario Jaramillo Paredes, exrector de la Universidad del Azuay (UDA), esta primero fue anexa a la Universidad Católica Santiago de Guayaquil y luego pasó a ser parte de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

 

En 1991 logró la autonomía y nació como la UDA, que lo califica como un hito, porque hasta ese año era un centro de estudios aunque reconocido pero pequeño y de comarca.

 

“Fue una universidad que dio ejemplo de adaptarse a las nuevas circunstancias del país creando por ejemplo carreras que no existían en la región… Hay carreras que fueron pioneras…”, explicó.

 

Calificó como nefastos para la universidad ecuatoriana los cambios introducidos por la Ley de Educación Superior (LOES) porque le quitaron autonomía y le restaron independencia.

 

“Pretendieron volverla un apéndice del Estado y aplicaron el modelo autoritario, vertical y concentrador de la Constitución de Montecristi también a las universidades…”, dijo.

 

Insistió “las universidades fueron sometidas con esa ley, fueron asfixiadas económicamente, vino una cúpula burocrática en el Consejo de Educación Superior (CES) que ahogó totalmente a las universidades…”.

 

Para Francisco Salgado, rector de la UDA, indicó que en un principio estuvieron en el Seminario San León Magno en el sector de Monay, luego fueron acogidos por la comunidades de las Hermanas Marianitas y de las Hermanas Dominicas.

 

Posteriormente pasaron al sector de Pumapungo donde también estaba la Unidad Educativa Rafael Borja, y finalmente llegaron al actual campus, en la avenida Veinticuatro de Mayo, en 1981.

 

Cambios

 

Entre los principales cambios que ha tenido esta institución universitaria a decir de Salgado es la implementación de un modelo educativo propio que acompaña al estudiante en el aprendizaje.

 

“Estamos enfatizando en la importancia del idioma inglés para que ellos tengan la posibilidad de estudiar en sus postgrados y desempeñarse a nivel internacional para propender a la verdadera internacionalización de los estudiantes…”, dijo.

 

Indicó que la UDA tiene seis facultades, 28 carreras y unos 7.000 estudiantes. Además es parte de esta comunidad la Unidad Educativa La Asunción, que tiene aproximadamente 3.000 estudiantes.

Para Salgado las modificación en la normativa legal de la educación superior permitió reflexionar para mejor; sin embargo, expresó que se llegó a una hiperregulación.

 

“Esto a tal punto que se pretendió poner un mismo molde para todas las carreras y para todas las universidades, y ahora se está saliendo de eso y es parte de las propias universidades hacerlo…”, dijo.

 

Alberto Machuca, uno de los alumnos de la primera promoción de la UDA, expresó que destaca el desarrollo académico experimentado por este centro de estudios a lo largo de este medio siglo.