Aportes de Bolívar Echeverría al pensamiento latinoamericano


¿Qué es?
La Cátedra abierta de Estudios Humanísticos y Pensamiento «Bolívar Echeverría» es un espacio académico de la Universidad del Azuay que promueve la reflexión crítica en torno a los debates filosóficos y humanísticos contemporáneos. Saber en qué consiste lo humano, de qué forma la mirada iluminadora del ser humano encuentra sentido en el mundo, son algunas de las cuestiones que serán abordadas en este espacio, con sentido histórico, pluralismo y con enfoque multidisciplinario. 
Por este motivo, la Cátedra  además reconoce los aportes al pensamiento latinoamericano del filósofo ecuatoriano Bolívar Echeverría Andrade (Riobamba, Ecuador, 2 de febrero de 1941 – Ciudad de México, México, 5 de junio de 2010), considerado como el último intelectual público del país y que nos recuerda permanentemente que una de las misiones de la academia es formar a personas con pensamiento crítico, comprometidas éticamente con la sociedad, que aportan a la ciencia y al conocimiento para lograr el desarrollo integral de nuestro entorno.

 

¿Por qué crear esta cátedra?
Hemos iniciado la tercera década del siglo XXI; los avances en diferentes campos del conocimiento han develado muchas de las incógnitas que han aquejado históricamente a la humanidad: cómo se conforma el ser humano, qué lo enferma y qué lo excita, qué podría funcionar mejor, cómo aumentamos la productividad; y, sin embargo, la realidad nos muestra, cada cierto tiempo, nuestra fragilidad y vulnerabilidad. Las certezas se vuelven interrogantes, las creencias se derrumban o, por lo menos, tambalean, la razón cede a la esperanza y la esperanza la trascendencia de la fe y con ella la conformidad de que los seres humanos también trascendemos. O quizás no es así. Platón utiliza el término anabasis para referirse a lo que él cree que es la esencia del ser humano, el ánimo de ascender, de subir, de alejarnos de lo que nos vulnera para convertirnos en dioses; he ahí una explicación de nuestra usual tendencia a romper los límites de la humanidad, los que nos dicen que somos seres condicionados y finitos.
Ante las dudas que nos invaden, nos falta comprensión. Bolívar Echeverría se pregunta «¿Qué historia es la que estamos viviendo? ¿Qué narración es capaz de contar de mejor manera -con mayor coherencia dentro de la época y con más capacidad de asociación hacia fuera de la misma- lo que pasa actualmente? ¿De qué se trata, en verdad, todo esto que nos sucede? ¿Cuál es el sentido de los hechos que presenciamos y que nos involucran?». Echeverría utiliza el término narración porque observa con perspicacia que existen múltiples formas de narrar la realidad; existe una realidad ajena al ojo que la ve, al cuerpo que la experimenta, a la mente que la analiza. En esta idea, Echeverría se aleja de las ideas más posmodernas para las cuales la realidad es una construcción discursiva; no, para el filósofo la realidad existe, pero también existen múltiples narraciones para contarla y para eso todas las disciplinas del conocimiento aportan, aunque no de manera armónica. La economía narra la realidad de una forma, quizá centrándose en las relaciones de producción; el derecho, de otra, desde la construcción de la norma y lo que esta regula; la sociología, desde la relación entre los grupos sociales y las condiciones e instituciones existentes; la medicina, como ahora es usual, desde cómo la percepción del entorno se determina por nuestra estructura neuronal.

Todas estas cuestiones tienen, necesariamente, que mirar también al pasado, tener sentido histórico. Como dijo Bloch, «la incomprensión del presente es la consecuencia inevitable de la ignorancia del pasado» o, como lo dijo Hobsbawm, «el pasado es […] una dimensión permanente de la conciencia humana, un componente obligado de las instituciones, valores y demás elementos constitutivos de la sociedad humana». Esa mirada al pasado, desde la filosofía, lo hace a Echeverría decir que retornamos a la barbarie, «[l]a convicción de que la historia significa o está dotada de un sentido progresista -convicción ilustrada que seculariza la creencia en el sentido salvífico de la Creación divina- se desvanece indeteniblemente: no es un sentido lo que parece tener la historia, sino, a lo mucho, un contrasentido». Precisa entonces Echeverría, que debemos pensar en ese contrasentido; nos habíamos convencido de que un mundo ilustrado como el nuestro no podía ser desgraciado, ¿por qué la humanidad, en lugar de entrar en una condición verdaderamente humana, se hunde en un nuevo tipo de barbarie?, dice el ecuatoriano.
Bolívar Echeverría Andrade es -y así se lo ha reconocido nacional e internacionalmente- el filósofo ecuatoriano más importante de nuestra historia; sus aportes a la reflexión humanística lo destacaron en México y Alemania, en donde se educó y desarrolló su trabajo intelectual. Carlos Monsiváis, lo reconoció como el intelectual público del Ecuador; así como Argentina tuvo a Borges, Cuba a Cabrera Infante, Ecuador tuvo a Echeverría. Los intelectuales públicos, lamenta el mexicano, están siendo reemplazados por los intelectuales académicos. ¿Cuál es el problema del intelectual académico? Es el mismo problema que amenaza a la academia: la desnaturalización del ideario humanista; el horizonte actual de los saberes tiende a sostener discursos estancos o, como dice un filósofo chileno, «parcelas reductivistas de intelección de la realidad». Se olvida, en la academia, el trabajo de diálogos interepistémicos, cooperativo, solidario, sinérgico. 

La Cátedra de Estudios Humanísticos y Pensamiento «Bolívar Echeverría» quiere, en primer lugar, hacer honor al más importante filósofo ecuatoriano. Su trascendencia intelectual no ha merecido en el país -sino excepcionalmente- espacios en los que sus inquietudes sean indagadas. En segundo lugar, la Cátedra pretende constituirse en ese espacio de diálogo de comprensión y enlace con el entorno y la realidad, con enfoque humanístico, multidisciplinario e interdisciplinario. Por lo mismo, es un espacio abierto a toda la comunidad universitaria, docentes y estudiantes, que posibilita la exposición, profundización y debate de múltiples temáticas y, además, motiva la profundización en el estudio investigativo en torno al trabajo intelectual de Bolívar Echeverría y del pensamiento latinoamericano.

El trabajo que desarrollará la Cátedra fortalecerá, también, los vínculos de la Universidad del Azuay con el mundo académico nacional e internacional en relación con los estudios humanísticos, al fomentar la composición de plexos convergentes de saber teórico, filosófico, antropológico, histórico, entre otros; lo que derivará en el mejoramiento de la docencia, investigación y vinculación de nuestra alma máter.

Aportes de Bolívar Echeverría al pensamiento latinoamericano

Objetivos


  1.     La Cátedra propiciará la reflexión académica, retroalimentación de experiencias, integración y difusión de saberes.
  2.     Socializar la producción académica e investigativa que se genera en la Universidad del Azuay y contribuir, de esta forma, al posicionamiento de las Humanidades y Ciencias Sociales.
  3.     Complementar la formación de las y los estudiantes con enfoque multidisciplinario e interdisciplinario.

Encuentros


Realizados

Coordinadora


Coordinador:

Diego Jadán-Heredia

Contacto:

catedra.echeverria@uazuay.edu.ec