Paola Tamay, José Chuncho y Kerly Sarmiento, estudiantes de la carrera de Educación Básica de nuestra Universidad, ganaron el X Concurso Nacional Literario UNAE. Más allá de su habilidad narrativa, los textos transmiten valores esenciales que buscan integrar en su práctica pedagógica: la empatía, la conexión emocional, y el reconocimiento de lo cotidiano como espacio de aprendizaje.
El Concurso Nacional Literario UNAE, es una iniciativa que busca promover la expresión artística y literaria en la comunidad educativa ecuatoriana. Abierto a estudiantes, docentes y público en general, el concurso invita a participar con microcuentos de temática libre, fomentando la creatividad y la reflexión a través de la escritura.
Paola, autora del microcuento “Tiempo detenido”, enfocó su historia en la importancia de valorar el presente y los vínculos afectivos. En su reflexión, destaca que ser docente implica mucho más que cumplir con un horario o un programa; se trata de saber estar realmente presentes para los estudiantes, escucharlos y comprender sus emociones. Para ella, la literatura ha sido clave en su formación, y espera fomentar entre sus alumnos el gusto por leer y escribir como forma de autoconocimiento y expresión personal.
Por su parte, José centró su microcuento en el concepto del hogar como un espacio de afecto y contención. Inspirado en su experiencia personal al vivir lejos de su familia, quiso transmitir que, en el aula, los estudiantes también necesitan sentirse acogidos. Considera que su rol como docente será crear ambientes seguros y empáticos, donde cada niño y niña pueda expresarse libremente y desarrollar su creatividad. La escritura, para él, es una herramienta poderosa para fortalecer la identidad y los valores.
Kerly, con “La receta”, presentó una historia basada en la relación entre una nieta y su abuela mientras cocinan juntas. A través de este momento cotidiano, buscó resaltar el valor del tiempo compartido y cómo esos recuerdos influyen en la formación personal. Como futura maestra, cree firmemente en la importancia de integrar la sensibilidad y la imaginación en el aula. Su intención es promover espacios de lectura, juegos de escritura y narración, donde cada estudiante se sienta motivado a contar sus propias historias.
Este reconocimiento no solo celebra el talento literario de Paola, José y Kerly, sino que también destaca su compromiso con una educación más humana, donde la palabra y la emoción se convierten en herramientas esenciales para el aprendizaje. Sus microcuentos son una muestra de cómo la literatura puede transformar la experiencia educativa y dejar huella en quienes aprenden.