"Para eso estudiamos medicina, para ayudar"

"Para eso estudiamos medicina, para ayudar"

La Universidad del Azuay entregó recientemente los certificados a los estudiantes que finalizaron con éxito su Internado Rotativo en las áreas de Pediatría, Cirugía, Clínica, Gineco – Obstetricia y Medicina Comunitaria en los hospitales docentes de la Facultad.

Al haberlo realizado en época de pandemia fue un reto completamente nuevo para los estudiantes.

En el Campus entrevistamos a Nicole Villa de 23 años, quien realizó su internado en el Hospital José Carrasco Arteaga y comenzamos por preguntarle cómo fue su experiencia en esta época de Covid 19.

Fue un cambio bastante brusco, el internado previo a la pandemia funcionaba de una forma totalmente distinta y una vez que esto inició, en todos los hospitales se implementaron nuevos protocolos y se aumentaron las medidas de bioseguridad.

Al inicio fue un shock porque teníamos que adaptarnos a bastantes cambios como el nuevo código R que se activa cuando ingresan pacientes con Covid y uno, como interno, no podía pasar por las zonas donde estaban dichos pacientes.

De igual manera, nos tomó tiempo acostumbrarnos a la desinfección constante, al lavado de manos y al uso de la mascarilla. Sobre todo, al comienzo nuestro mayor miedo era contagiarnos y poner en riesgo a nuestras familias.

No obstante, todos los que hicimos el internado siempre estuvimos dispuestos a seguir yendo al hospital, sabíamos que con la alta demanda de pacientes nos necesitaban, y para eso estudiamos medicina, para ayudar.

¿Te sentiste segura en tu internado, sientes que la Universidad te brindó todas las medidas de bioseguridad?

Afortunadamente la Universidad sí nos ayudó con guantes, mascarillas y pantallas de protección y como internos estábamos en áreas con pacientes sin Covid, entonces por ese lado siempre sentimos una protección por parte de la Universidad y del hospital.

Lo único que sí nos costó es que a veces ingresaban pacientes que se suponía que no tenían Covid, hasta que después de unos días empezaban a presentar síntomas.

Por lo que mis compañeros y yo tuvimos un alto contacto con personas contagiadas. Es por eso que, para estar seguros, el uso de la mascarilla y el lavado de manos fue primordial.

¿Crees que haber realizado tu internado en esta época te preparó mejor como médico?

Sí porque desarrollamos otras cualidades, nos dimos cuenta de que nuestra carrera no está libre de riesgos y a pesar de eso todos estuvimos dispuestos a ayudar.

De igual manera, había bastantes pacientes que no podían recibir visitas, ya que el ingreso era restringido, por lo que los únicos que estuvimos ahí para ellos fuimos nosotros y eso hizo que desarrollemos un poco más ese lado humano.

¿Nos puedes contar alguna experiencia que te haya impactado?

El caso que más me impactó fue el de una niña que, junto con sus padres, tuvieron un accidente de tránsito, y los tres estaban en estado crítico, ella incluso requirió de neurocirugía. Esto me marcó ya que yo le recibí en emergencias entonces desde el inicio estuve con ella.

Después de tanto tiempo y tanto esfuerzo ella salió sin secuelas, como si nada hubiese pasado, y el día que se le dio de alta me dio un abrazo enorme y para mí eso fue completamente satisfactorio, me sentí realizada.

Como médicos, ver cómo el paciente ingresa, estar ahí todos los días en contacto directo con él y que luego salgan agradecidos es lo que más feliz nos hace, así sabemos que hicimos un buen trabajo.

¿Qué opinas sobre nuestro sistema de salud?

Sin duda debe mejorar. Deberían realizar capacitaciones, sobre todo en la atención primaria, de esta manera se logra prevenir las patologías, así se pueden controlar las complicaciones a futuro.

De igual manera, la estructura debería cambiar, el nivel de atención primario debería ser el que diagnostica de manera temprana, así se evita que se sature el nivel de atención secundario y terciario que son los hospitales grandes y podríamos ofrecer un mejor servicio.

Sin embargo, eso en nuestro sistema de salud no se da, hemos recibido casos que han sido diagnosticados tardíamente y son tantos que al final se sobresatura el sistema lo cual disminuye nuestra capacidad resolutiva.

De igual manera, es de suma importancia mejorar la administración por parte del Ministerio de Salud, ya que no siempre contamos con los suficientes materiales e insumos y la mayoría de pacientes no tienen los medios económicos para adquirir su medicación.

Nuestro sistema de salud está mal estructurado y está siendo mal manejado, antes sin pandemia, nuestros hospitales no estaban equipados, había días en los que no teníamos acceso a todos los insumos. Ahora con la pandemia es peor.

Corresponsal UDA