Kevin Ávila: del arte urbano a la tesis y de la tesis nuevamente a las calles

Kevin Ávila: del arte urbano a la tesis y de la tesis nuevamente a las calles

Kevin Ávila es un estudiante del último año de la carrera de Diseño Gráfico. Él comenta que de pequeño le gustaba rayar las paredes de su casa y a los once años empezó a pintar grafitis en las casas de Cuenca.

Kevin ingresa al mundo del arte urbano gracias a un colectivo conocido como “La mata de frío asesino”.

“Es chévere, porque el nombre hace alusión al frío cuencano que mata.  Nos gusta ser endémicos y resaltar las tradiciones culturales”, explicó.

Él cuenta que -aunque colabora seguido con “La mata”- pertenece actualmente al grupo “The night club”. En  su organización es conocido como Nelio y, cuando traza sobre las paredes, firma bajo ese seudónimo.

Por las noches, Kevin sale de su casa para ilustrar grafitis y pegatinas en el centro de Cuenca. A veces, los policías le golpean con el tolete y los conductores de ambulancias se bajan del carro para llamarle la atención. 

 Ávila se considera un apasionado de la cultura; por esa razón, su tesis de fin de grado se tituló “Desarrollo de una campaña gráfica BTL (debajo de la línea) aplicada a diversos públicos”, la misma buscó promocionar orquídeas endémicas del Ecuador de forma no invasiva.

“Básicamente, en mi tesis traté de aplicar una campaña BTL; es decir, que va dirigida a un segmento de mercado en específico. Yo quiero romper ese concepto así que destiné mi campaña a diferentes públicos”.

La tesis de Ávila consistió en una campaña con ilustraciones elaboradas a mano. Mezcló varias técnicas artísticas como: grafiti, serigrafía, caligrafía, impresión a mano; herramientas de dibujo como acuarelas, tinta china, plumas, y dibujó siete orquídeas por el recorrido de la decimocuarta Bienal de Cuenca.

Las personas interesadas en apreciar la tesis de Ávila podían adquirir un mapa para navegar las calles centrales de Cuenca. “La dinámica se basó en ver los números que se encontraban dentro del folleto, los mismos guiaban a las personas hacia mis diseños; luego de ver el dibujo te obsequiaban una pegatina para marcar los puntos”, explicó Ávila y añadió:

“La magia del dibujo se apreciaba gracias a unas gafas 3D. Estos anteojos extraían los colores de la pintura para que las letras, que estaban escritas sobre las flores, se vean apartadas de las orquídeas”.

Ávila dice que su objetivo fue plantear nuevas formas de publicidad que no invadan a las personas. “Quiero venderle orquídeas a la gente sin que se sienta obligada a comprarlas, yo busco generar mercadeo a base de experiencias”.

Por eso en uno de sus trabajos titulado Oncidium Sharry Baby utilizó extracto liposoluble mezclado con tinta para que, la persona que se acerque al dibujo, pueda percibir el aroma a chocolate, que es el verdadero olor de la planta.

Kevin se inspiró en el nombre científico de las orquídeas para ponerle título a sus grafitis de tesis: Phalaenopsis Púrpura, Bulbophyllum Rothschild, Drácula Vampira, Cattleya Durigan, Oncidium Spectasissium, Oncidium Sharry Baby y su proyecto emblemático la Oncidium Chola Cuencana.

“Mi obra más especial es `la Cholita`, porque fue la más difícil de elaborar. Primero, hice un boceto a mano; segundo, la entinté; tercero, la pasé al ilustrador para imprimirla capa por capa hasta que el dibujo adquirió el tono deseado”, concluyó el artista.